Realmente, pocas veces me ha pasado el estar de acuerdo con todos, aún con respuestas tan dispares (o no, ya que observan lo mismo desde diversos ángulos). Los niveles no son garantía de mayor o menor eficacia, sino lo asimilado de cada uno de ellos. De hecho vas a encontrar a maestros dogmáticos que viven dándose la cabeza contra la pared y por otro lado, aspirantes a primer nivel que ya canalizan antes de haber sido iniciados formalmente. Por esto, la cuestión de los niveles o grados debieran ser motivo de ocupación de los docentes, ya que están atentos a las necesidades del alumno. Un alumno tiene que dedicarse a su crecimiento e ir liviano en el camino.

Cuando se llega a la maestría -que es una consecuencia del compromiso asumido consigo mismo- uno se asoma a una puerta por la que puede entrever que se han borrado todos los niveles adquiridos y que entonces vuelve a ser un aprendiz; paradójicamente, también se toma conciencia de que muchas de las cosas que puede hacer ahora, habría podido hacerlas antes si se hubiese dado el permiso.

Hace poco veía El Guerrero Pacífico (que tiene una enseñanza en cada parlamento) y cuando hablaban de la felicidad, se decía que lo que te mantiene feliz no es alcanzar el objetivo ya que este puede ser o no lo que estabas esperando. Lo que te mantiene feliz es el viaje hacia el objetivo.

Hay algo muy lindo en lo que estás contando y es percibir tu misión; yo tuve ese parto conciente hace muy poco y lo considero como una de las cosas más importantes que me han ocurrido; no obstante, si estás con esos Maestros habrá una razón personal y poderosa. Yo les pondría una ficha de confianza   y seguiría disfrutando porque las cosas que te puede brindar no ya un segundo nivel sino un primero, valen mucho y resulta lindo saborearlas. Todo lo demás llega en su tiempo.

Toda esa pelea con el hecho de cobrar o no por las sesiones y si es así, cómo, cuanto, etc., obedece a patrones mentales que traemos de fábrica. Cuando dirigía el gremio de músicos me encontré frente a una situación en todo similar a la de los reikistas.

No podía lograr nada porque el propio músico no tenía conciencia de ser un trabajador de la cultura, que se había equipado y profesionalizado en este aspecto. Conclusión: surgía alguno y el resto eran pasto de las fieras hasta que abandonaban su pasión. Te pongo un caso: mi sobrina habló con otras madres del colegio de sus hijos y les propuso hacer los trámites de pago de impuestos y servicios por un porcentaje (la tarjeta de débito aún no era tan común). Resultado, todas las madres estaban contentas de pagar por un servicio que en realidad les era útil, ya que Andrea lo hacía honradamente y aquí, en ese aspecto no existe diferencia.


Lo de las personas extranjeras que cobran muy poco por cuidar ancianos... aceptarían mucho más dinero, seguramente, ya que no existe víctima sin victimario. Si vamos al caso, yo te lo puedo solucionar en un santiamén: conseguime dos o tres viejos (que como le comentaba a John, las circunstancias de la vida me conviertieron en un chear driver -conductor de sillas-) y yo, siendo extranjero, les cobro lo que vos me pidas y un poco más, por las dudas  
No, en serio, porque estoy brindando un servicio para el cual me he formado.

Permitime discrepar en algún punto. Yo creo que sí, que es personal porque implica un trabajo de esas características. Por otra parte tampoco estoy de acuerdo con la década propuesta para lograr una maestría; es sin dudas una exageración que alguien expresó y que luego otros recogieron y alimentaron. Revisando las fechas, ni el mismo Usui -aunque ya he leído lo de los diez años en algunas web- pudo haber demorado tanto tiempo para ello, dado que abrió su primer escuela en 1922 y posteriormente murió en 1926. Además, las declaraciones de un sensei de artes marciales del cual ahora no recuerdo el nombre, pero con el cual, muchos coinciden en que el Reiki es el "Chi Kung de los vagos" porque en un lapso muy corto, los practicantes obtienen resultados que por medio del Chi Kung también alcanzarían, solo que les tomaría mucho más tiempo lograr. De allí que esos diez años me suenan a uno de los tantos agregados.

Estoy muy de acuerdo, desde ya, en que se necesita un proceso para asimilar cada nivel pero este vuelve a estar supeditado a la evolución personal. En cuanto a tu pregunta, no sé si te referís a la experiencia de un maestro en dar iniciaciones o a su experiencia en general; si es el primer caso, por fuerza tuvo que comenzar con la primera y no existe forma de que acumule experiencia si no es de este modo. Si se trata de su experiencia general, esta le ayudará a realizar mejor su trabajo como docente y la puede transferir al alumno solo hasta cierto punto, el resto es un trabajo personal del alumno. Te pongo un ejemplo: supongamos que me inicio con Frank Arjava Peter. Bien. Mi experiencia duró lo que duró el seminario, ya que luego el volvió a su tierra o yo a la mía. O me inicio con alguien sin "experiencia" pero con la idoneidad necesaria aunque no lo conozca ni la madre que lo trajo al mundo.

Tanto en un caso como en el otro, si realizaron bien su trabajo, a cualquiera de los dos le estaré muy agradecido y, habremos creado entonces un vínculo de respeto pero no de dependencia, ya que mi trabajo ahora consiste en desarrollar aquello que me brindaron.