Este fin de semana hice el segundo nivel de Reiki. Es fantástico. Cada día que pasa estoy más seguro de que tenemos en nuestras manos nuestro futuro.
Como sabéis, el domingo de cada curso, se hace una meditación a la que puede acudir cualquiera. Normalmente es la meditación principal de Todo Amor, esa que te conecta primero con el Universo, luego con la madre Tierra. Un detalle muy importante es que hay dos momentos en los que nosotros mismos pedimos permiso para recibir la energía tanto de la Tierra como de cada persona que puebla el mundo entero. En todas las meditaciones que he hecho, siempre doy mucha energía, de mi pecho salen chorros inmensos que se alejan y no vuelven, yo nunca he recibido nada. Por supuesto, esto era por mis bloqueos internos. Este domingo, ha sido la primera vez que he recibido energía, directamente de la madre Tierra, como si fueran cañonazos, uno tras otro, que me iban llenando y llenando e inflaban mi estómago, luego mi pecho y hacía que mis brazos se separaran hasta ponerlos en cruz. Y me iba estirando y estirando, porque necesitaba hacer espacio en mi interior para tanta energía. Al final, mi cuerpo físico me molestaba, porque no lo podía expandir más, me limitaba mucho; necesitaba salir de él y hacerme más grande. Esto no lo hice, pero sí tuve un orgasmo tremendo. No en sentido sexual, sino de plenitud y felicidad completa.
Deseo que todos tengáis, al menos, una vez en vuestra vida, una experiencia así. Si son más veces, mucho mejor.