Al leer la nota de Gus sobre Carolina, recordé a mis viejos amigos, a quienes siempre recuerdo con afecto y cuyas muertes siempre marcaron hondamente mi corazón, pero ha ganado con el tiempo, el valor de su presencia, los buenos momentos y hoy veo que además, ellos, pequeños o grandes, eran MAESTROS.
Junto a mis perros, gatos, peces, marranos, conejos, aves de muchas clases: pollitos, gallinas, patos, ganzos, loros, canarios, pericos, tucanes, aves silvestres, terneros, vacas... siempre pasé los más gratos momentos, y aprendí muchas cosas. Aprendí a cuidar conejitos recién nacidos, rechazados por sus madres por ser muy pequeños, atendía las recomendaciones del veterinario, me los metía entre la blusa con un pañuelo y allí duraban todo el día y les daba de comer con goteros hasta que se hacían lo suficientemente grandecitos para estar en su jaula ya solos. Así mismo hice con mis perritos, cuidé gatitos, malcrié peces que son inmalcriables , a mis marranos les enseñé a que bañarse a diario con la manguera era muy divertido, a mis vacas, las consentía mucho cuando las cepillaba, enseñé a un ternero a jugar quemados y a la lleva... y tengo tantos tantos recuerdos que no puedo evitar pensar, en que ellos, eran quienes cuidaban de mí.
Maestros en lo más grande del significado, en letras de molde gigantes, doradas e inscritas en el universo han sido todos estos seres maravillosos. Sus miradas, sus compañías, cada uno con una personalidad increible. Me doy cuenta que puedo olvidar nombres, rostros, momentos, me averguenza encontrarme con amigas de infancia y no recordar sus nombres, compañeras de trabajo de hace años y digo... ups... no me acuerdo su nombre ¡¡ PERO, no he olvidado a ninguno de mis animales, ni los momentos vividos con ellos, los largos paseos en moto con mi padrastro, los juegos en los potreros y ver a Hansel, una enorme gran danesa manchada, venir al galope a tomar con delicadeza un enorme pan que le ponía de premio y que se me tumbara encima... y claro, yo quedba debajo aplastada
Recuerdo innumerables momentos en el bosque, con el perro a mi lado, yo, abrigada con una ruana y viendo el atardecer dibujar tonos carmesí en las nubes, y los rayos del sol agónico filtrarse entre las ramas de los pinos, recuerdo ver el afán de los pajarillos llegar a sus nidos, y la espera silente y paciente de mi buho favorito, esperando como cada noche, los trocitos de carne que le llevaba y dejaba en una ramita.
Y así, uno tras otro, he olvidado algunos de los nombres, mas no sus rostros, sus miradas, la sensación de su compañía, y veo entonces las grandes enseñanzas. Rescatar aves maltradas, cuidar de pequeños gazapitos, pollitos deformes, marranitos huérfanos, gatos mañosos, perros miedosos y fieros, y cada uno me enseñó lo mejor de sí mismos: ser simples, sencillos, dulces, amorosos, nobles, y sus partidas a lo largo de todos estos años, también fueron momentos difíciles, pero que sin duda, son inevitables y poder de un modo u otro, enfrentarlos, me ha enseñado mucho. Podría escribir libros sobre todas las aventuras compartidas con cada uno
Como me dijo un amigo en estos días, un gran maestro es aquel que es insignificante a la vista de los demás, aquel que pasa desapercibido, sencillo, humilde, que no se vanagloria de sus éxitos, aquel que escucha y muchas veces no responde, porque su propia alma entra a revisar las situaciones, aquel que con una mirada, una mano extendida, o un abrazo, da mucho más que un costoso obsequio, porque siempre sale del corazón. Llega y se va sin hacer ruido, y sin duda alguna, estos animalitos, lo han sido, ellos sabían cuando estaba triste, cuando estaba felíz, siempre estuvieron allí junto a mí y aunque ahora, las circunstancias no me permiten tener uno en casa, sí les he enseñado a mis hijos que los animales son tan valiosos como ellos mismos, con los mismos derechos y es nuestro deber velar por que no sean maltratados.
A mis amigos de 4 patas, plumas, pelos o escamas... GRACIAS POR SER Y ESTAR. Y sé que muchos aquí son tan afectos a ellos que entenderán mis sentimientos sin entrar en más palabras.
Por aquellos maestros camuflados... y siempre dispuestos a dar sin esperar nada a cambio.
Perdón mi gus, es Catalina. es q me se confunden los nombres.
Leí tu respuesta... "solo un gato"?? Vaya... pero tú sabes bien que Catalina era LA GATA ¡¡ Y uf... el que la envenenó... horrible, lo sé, mi gatito siamés Gogol, murió envenado y dos perros labradores... infames muerte, muy cruel, es algo que genera tal encono y tan adentro...
Tu vecina... es solo eso... una señora más... y bueno, cómo sigue Marina? será que las torcazas han llegao a ver el árbol de "ratones cibernéticos"?
Anacris, ¡qué bonito! ¡cómo te entiendo y comparto tus sentimientos! maestros, maestros sin duda, del amor incondicional... hoy precisamente, que a mí me han faltado palabras para defender a mis hermanos animales, me reconforta leer las tuyas... gracias y un abrazo enoooorme
Sigue escribiendo Anacris, me ha emocionado tu mensaje, te entiendo y te doy las gracias por algo que me habría gustado hacer a mí , cuidar y compartir como lo has hecho tú , con esos maestros así te veo, tierna y trasnparente como ellos
Gracias , ha sido un placer leerte
“Sentado en silencio, sin hacer nada, la hierba crece por sí misma y llega la primavera.”
¡qué brujita.... en el bosque rodeada de animalitos varios... ¡tengo todo regadito de alpiste
Mi Mateo (caniche malcriadis extremus) se comía el alpiste... León (caniche+spaniel coker, no persona aclaro...)... se comía el alpiste... así que... jjjj
, a mis marranos les enseñé a que bañarse a diario con la manguera era muy divertido, a mis vacas, las consentía mucho cuando las cepillaba, enseñé a un ternero a jugar quemados y a la lleva... y tengo tantos tantos recuerdos que no puedo evitar pensar, en que ellos, eran quienes cuidaban de mí. 
PERO, no he olvidado a ninguno de mis animales, ni los momentos vividos con ellos, los largos paseos en moto con mi padrastro, los juegos en los potreros y ver a Hansel, una enorme gran danesa manchada, venir al galope a tomar con delicadeza un enorme pan que le ponía de premio y que se me tumbara encima... y claro, yo quedba debajo aplastada 
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Vaya... pero tú sabes bien que Catalina era LA GATA ¡¡ Y uf... el que la envenenó... horrible, lo sé, mi gatito siamés Gogol, murió envenado y dos perros labradores... infames muerte, muy cruel, es algo que genera tal encono y tan adentro... 
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