Creo que nacer en un pequeño pueblo como Gormaz (Soria) alla por 1954, en la ladera del monte que corona el Castillo, debió influir en mi pasión por los minerales. Piedras y enormes rocas han formado parte de mis paisajes allí en mis raíces. De niño y no tan niño recuerdo mi descubrimiento de las rocosas cuevas que rodean el Castillo, o la aventura de escalar las rocas junto a la Ermita de de San Miguel, rocas con nombre "la Rueca y el Uso".
No recuerdo cuando fue la primera vez que tuve esa sensación de enraizamiento y de unión con la Madre Tierra que experimento cuando me siento sobre una roca que sale de sus entrañas y como describir la experiencia de estar en una cueva con suelo y techo de roca envuelto en un silencio solo roto por el canto de algún pájaro en el exterior.
Todavía recuerdo con emoción el día que mi Padre me enseñó la beta de cuarzo semicristalizado que recorre la Pedriza de mi pueblo y que sale a la superficie aquí y allí a lo largo de todo el cerro.
Después cuando me acerque a la meditación con Prem Pal Rawat (Guru Maharaji) empecé a sintonizar con minerales de más alta vibración y descubrí el maravilloso mundo de los Cuarzos, durante esa época para mí cristales de cuarzo y minerales eran la misma cosa y mi relación con los minerales se circunscribía casi exclusivamente a los Cristales de Roca.
Algo que me marcó profundamente fue descubrir a Katrina Raphaell y su visión casi mística de los minerales aunque ella se centra mucho más en los cristales.
La otra pata que sujeta la mesa de mi relación con los minerales se la debo a Carlos Obelleiro de quien aprendí la importancia de los minerales para nuestra relación con las energías en el aquí y el ahora, su visión aprendida en sus experiencias con los indios navajos y en su segunda casa tienda "Buenos Días", de el aprendí que la sabiduría mas que en los libros está en nuestra vivencia diaria y en lo que los Guías y Maestros nos transmiten.
No me considero un conocedor de gran número de minerales, sino experimentador y aprendiz de unos cuantos, no aspiro a transmitir bastos conocimientos sobre cristales, gemas y minerales en general, sino a establecer las conexiones necesarias para que otros tengan con ellos una relación tan placentera y maravillosa como la que yo mantengo.
Hace un tiempo regalé un colgante de amatista a una amiga por su cumpleaños, el otro día me dijo que era el mejor regalo que había recibido y que era incapaz de quitársela, el brillo de sus ojos y como sentí que estaba percibiendo el cristal, me hizo sentir que el obsequiado era yo.